La DSI es algo propio de nuestra fe, que se aprende en la misma Historia de la Salvación: en la interacción de la Palabra de Dios con la realidad humana y la respuesta de los hombres y mujeres cristianos. Estos principios tienen un carácter teórico, pero a la vez son eminentemente prácticos y dinámicos, ya que pretenden conseguir un orden social más acorde con la visión teórica.